Manifiesto por la Recuperación del Teatro Esencial
Ayer mismo inserté (o subí) una publicación a mi perfil de Facebook en la que adelantaba parte del texto que aquí, ahora, publico íntegro.
Dije ayer que el texto habla de una realidad y, a la vez, de un proyecto: es la exposición de los motivos por lo que unos amigos y yo decidimos crear una asociación para reivindicar los valores y cualidades que, al parecer, muchos de nosotros —quienes nos encontramos casi a diario en la red social y estamos relacionados con la dramaturgia— percibimos que se diluyen con tendencia a desaparecer de nuestro teatro.
Manifiesto por la Recuperación del Teatro Esencial
El teatro español, cuna de genios y espejo histórico de
nuestra sociedad, atraviesa una encrucijada crítica. Asistimos, con creciente
preocupación, a una deriva que prioriza el espectáculo vacío sobre la palabra
profunda, el entretenimiento fugaz sobre la reflexión necesaria, la taquilla
fácil sobre el compromiso artístico y social. Una oleada de producciones
banales, carentes de hondura y desconectadas de las inquietudes reales de
nuestro tiempo, amenaza con sepultar la verdadera esencia del arte escénico.
Esta tendencia, impulsada a menudo por lógicas puramente
comerciales, ha tenido una consecuencia devastadora: el arrinconamiento del
teatro de calidad. Hablamos de ese teatro que es, y siempre ha sido, literatura
dramática viva; el teatro que interpela, que cuestiona, que emociona desde la
inteligencia y la sensibilidad; el teatro que no teme explorar las
complejidades del alma humana ni señalar las fisuras de nuestra convivencia.
Este teatro, heredero de una rica tradición que va desde Lope y Calderón hasta
Lorca, Buero Vallejo o los dramaturgos contemporáneos más valientes, se ve hoy
relegado a márgenes cada vez más estrechos, incomprendido por un público
acostumbrado a la superficialidad y desatendido por circuitos que priman lo
insustancial.
El resultado es alarmante: una depreciación del valor
intrínseco del texto teatral, una desconexión entre la escena y el pensamiento
crítico, y, lo que es más grave, un riesgo real de desaparición para las formas
teatrales que nutren el espíritu y enriquecen nuestra cultura. Cuando el teatro
renuncia a ser literatura, a ser vehículo de ideas y debate, a ser arte con
conciencia, pierde su razón de ser fundamental y se convierte en un mero
pasatiempo intrascendente.
Ante esta deriva preocupante, surge la necesidad imperiosa y
urgente de crear una asociación. Una entidad que actúe como dique de
contención y, sobre todo, como motor de revitalización, comprometida con la defensa
y promoción del teatro con mayúsculas. Esta entidad se llama Asociación
Española para la Regeneración del Teatro en España (AERT). Sus intereses
son los siguientes:
1. Reivindicar el valor de la
dramaturgia: Fomentar
la escritura de textos sólidos, con ambición literaria y temática, que conecten
con la realidad social, histórica y humana.
2. Apoyar a los creadores comprometidos:
Ofrecer soporte y
visibilidad a dramaturgos, directores, actores y compañías que apuesten por un
teatro exigente, con vocación de permanencia.
3. Educar y reconectar con el público: Desarrollar estrategias para formar
espectadores críticos, capaces de apreciar la profundidad y la belleza del buen
teatro, demostrando que la calidad no está reñida con la emoción y el disfrute.
4. Generar espacios alternativos: Impulsar circuitos y programaciones
donde el teatro de calidad tenga cabida y pueda desarrollarse al margen de las
presiones exclusivamente comerciales.
5. Defender el teatro como bien cultural
esencial: Dialogar
con instituciones y la sociedad en general para subrayar la importancia de un
teatro vivo, reflexivo y literario como pilar fundamental de nuestra identidad
cultural.
No podemos permitir que la inercia del mercado o la comodidad de lo trivial silencien las voces más necesarias y lúcidas de nuestro escenario. Es el momento de unir fuerzas, de alzar la voz y de trabajar activamente para devolver al teatro español la dignidad, la relevancia y la capacidad transformadora que nunca debió perder. La creación de AERT no es una opción, es una responsabilidad ineludible para con nuestro legado cultural y para con las futuras generaciones que merecen conocer el poder incomparable del verdadero teatro. Recuperemos el escenario para la palabra, para el pensamiento, para el arte en su expresión más elevada y comprometida.
AERT (Asociación para la Regeneración del Teatro en España) se encuentra en vías de constitución.
A través de este blog, tenéis la oportunidad de comentar qué os parece la idea. Incluso podéis comunicarnos si deseáis asociaros. Aún no existe ningún tipo de cuota. Si en un futuro resultara necesaria, sería siempre una cantidad mínima y simbólica.
Muchas gracias a todos.
Paco Parejo Santiago
Comentarios
Publicar un comentario